Pastoral vocacional
“Todas las hermanas fomenten y apoyen las vocaciones para la Iglesia y para nuestra Congregación, mediante la oración y el testimonio de vida. Hágase intensa labor vocacional en nuestras obras de apostolado promoviendo la pastoral juvenil, en la que se dará debida importancia a la dirección espiritual de los jóvenes”. 1 La pastoral vocacional en nuestra Congregación de Religiosas Franciscanas de la Inmaculada Concepción surge de la necesidad de responder a los nuevos desafíos del mundo de hoy y que repercute en la cultura vocacional en nuestra sociedad y en los lugares donde nos encontramos. Siguiendo nuestra espiritualidad franciscana, como hijas de María Inmaculada, buscando la motivación precisa en el anuncio de nuestros Fundadores los siervos de Dios, Mons. Alfonso María de la Cruz Sardinas y Madre Clara del Corazón de María, nuestros más grandes referentes congregacionales, quienes precisaron en un momento incierto de la realidad de nuestra Patria, la intención por asumir objetivos y metas por cumplir, completando su espíritu de servicio y fraternidad por el que nadie quiere amar, sentimos que nuestra misión y visión como Congregación, amerita que, con la bendición de nuestra Madre la Inmaculada Concepción, ejecutemos acciones que nos lleven a la continuidad de buscar vocaciones en el mundo de hoy. El plan de trabajo de la Pastoral Vocacional se realizará mediante reuniones continuas, participación en las Eucaristías dominicales, Horas santas, elaboración del proyecto de vida, entre otras actividades que se puedan realizar dentro de este contexto de pandemia que nos toca vivir, que ayuden a las jóvenes a tener una experiencia de encuentro con Cristo vivo.
Objetivos
- Objetivo general: Hacer que las jóvenes tomen conciencia de su compromiso de bautizadas y descubran dentro de ellas la voluntad de Dios, que inspiradas por el Señor, manifiestan el deseo de consagrarse en la vida religiosa, presentándole con entusiasmo y claridad la persona de Jesús, el carisma y espiritualidad de nuestra Congregación de Religiosas Franciscanas de la Inmaculada Concepción y la misión que la Iglesia nos ha confiado.
- Objetivos Específicos:
- Acoger a las jóvenes que sienten el llamado del Señor a la vida consagrada.
- Ayudar a las jóvenes que se sienten atraídas por nuestra espiritualidad franciscana FIC a descubrir con claridad su vocación y responder a ella.
- Acompañar en este proceso de discernimiento vocacional a las jóvenes.
Lineamientos
- Formar en el conocimiento y aceptación de la historia personal y familiar de la joven.
- Conocer la persona de Jesucristo a través de las Sagradas Escrituras.
- Presentar de modo concreto la espiritualidad Mariana- Franciscana y la de nuestros Fundadores en la vivencia de las virtudes.
- Fomentar y apoyar las vocaciones para la Iglesia y para la Congregación, mediante el testimonio de vida.
- Acoger en la fraternidad a la aspirante.
- Insertar a la aspirante en nuestro carisma y vida fraterna.
- Acompañar a que la aspirante descubra su vocación a la vida consagrada.
Contenido
- Humano – Historia personal, familiar y cultural; curar sus posibles heridas. – Conocer y aceptar sus cualidades y habilidades. – Trabajo en equipo. – Práctica de valores. – Urbanidad y buenos modales.
- Bíblico – Descubrir la persona de Jesús en su vida. – Los evangelios (relatos vocacionales). – Los mandamientos de la ley de Dios.
- Eclesial – Sacramentos de la Iglesia. – Catecismo de la Iglesia Católica. – Dogmas de la Inmaculada Concepción.
- Franciscano – Vida de nuestro Padre San Francisco de Asís y de nuestros Fundadores. – Cuidado del medio ambiente.
- Latinoamericano – Fichas vocacionales de la Iglesia Latinoamericana.
- Fundacional – Congregacional – Historia de la Congregación. – Jornadas vocacionales.
Perfil
La joven que desee pertenecer a nuestra Congregación deberá tener el siguiente perfil: – Corazón generoso para Dios y los hermanos. – Capacidad de convivencia fraterna y minoridad. – Tendencia a la vida espiritual. – Respuesta sincera con Dios y consigo misma. – Disponibilidad a la vida consagrada. – Buena salud física y psíquica. – Madurez psicológica y afectiva de acuerdo con su edad, en el mejor de los casos. – Interés de compartir su experiencia de Dios en la vida de la Iglesia, en grupos juveniles de su parroquia o colegio.
“Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo que en lo más íntimo de mi corazón anhelo poner en práctica.” (1C 22)